Sunday, November 10, 2013

El fuego es brillante y limpio



Es hora de ingresar a un escritor de todos los tiempos, un maestro de la ciencia ficción, un humanista nostálgico por el avance de la ciencia y la tecnología que poco a poco va destruyendo al hombre, al amor y a la literatura; un estadounidense que hizo un homenaje marciano a la narrativa de Edgar Allan Poe un Abril de 2005. Los ávidos lectores pueden adivinar de quién estoy hablando. Sí, señores, de Ray Bradbury, que nos regala otra novela antiutópica que trata sobre la gran hoguera de libros: “Fahrenheit 451″.

Primero un poquito de contexto: aquí los habitantes del mundo viven en sus casas rodeados de televisores que los enajena de una realidad mundial en inminente peligro de guerra atómica. Por otro lado, los bomberos ya no apagan incendios, sino que con lindos lanzallamas queman y destruyen todo lo que sea arte o cultura en el mundo. El nombre de este grupo piromaníaco es “Fahrenheit 451″, mote que hace alusión a la temperatura en que se queman perfectamente las hojas de los libros.

Montag y Beatty en el film de François Truffaut
Para que puedan comprender el brutal accionar contra la cultura y el arte deben saber que los poderosos los envían a incinerar porque los ven como algo peligroso para la sociedad puesto que la hace pensar, ser infeliz… y más fácil de manipular. La felicidad se pierde con la lectura ya que quien lleva adelante esta práctica “se siente superior” y así se agrava “la desigualdad intelectual” en la mayoría. La gente se violenta contra los libros por ignorancia. En consecuencia, los gobernantes resuelven lo siguiente: “si ellos son el problema, ¡quémenlos! Hagan una sociedad ignorante, que se guié por un mensaje único y sin sentido como el que les transmite su televisor”. Otra cuestión es que juzgan al libro como algo inútil que llena la cabeza con problemas de personajes que nunca existieron más que en la ficción (Porque no habrá escuchado estas palabras Ema Bovary o Don Quijote).

Terminada la contextualización no viene mal darles un poco del argumento para tentarlos a la lectura. Todo comienza cuando el protagonista, Guy Montag, un bombero tierno que lucha contra la literatura, que vive tranquilo con su esposa, Mildred, atontada por “la familia” que conforma la televisión. Su vida es perfecta hasta que, una noche, conoce a Clarisse McClellan, una joven que le mueve el piso con dos preguntas: “¿Lee alguna vez alguno de los libros que quema?” y “¿Es usted feliz? Esto lo deja turbado y encuentra las respuestas al entrar a su dulce hogar y hallar a Mildred inconsciente en la cama por sobredosis de pastillas estimulantes. Así Montag se da cuenta de que no es feliz (responde a la segunda pregunta) y empieza a rescatar libros de los incendios en los que participa para leerlos, enfrentándose al sistema y a su jefe. Les cuento hasta acá ya que la historia se vuelve más emocionante así que los dejo con la intriga para que vayan, lo busquen y lo lean ya que no tiene desperdicio.

Por último, destaco como Bradbury elige a uno de los enemigo de los libros para convertirlo en el defensor de ellos hasta el punto de arriesgar su vida. Un texto que hace reflexionar sobre la importancia de la cultura y el arte. Una de esas lecturas que requiere que un lápiz a nuestra disposición para subrayar las bellas ideas que transmite y grabarlas en lo más profundo de nuestra memoria.

Las imágenes que agregué pertenece a la películar de 1966 llevada al cine por François Truffaut con Oskar Werner como Guy Montag; Julie Christie, Clarisse y Linda Montag, Mildred.



Alejandro José Pugliese

Thursday, November 7, 2013

Por favor, no me borres

En esta entrega les traigo, por lejos, una de las mejores películas de amor/drama que vi en los últimos tiempos. Perfecta para elegir en el “Dígalo con mímica” cuando le toca a la persona que menos aguantamos. Un film que nos hace reflexionar y lagrimear. Hablo de una verdadera joya escrita por Charlie Kaufman y dirigida por Michael Gondry: “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (1)” (Eternal Sunshine of the Spotless Mind, 2004, ya casi diez años, ¡cómo se pasa el tiempo!). En fin, no sólo cuenta con un guión y un montaje muy bien trabajados e innovadores, sino que también tiene un elenco genial: Jim Carrey (que en cada película que hace se supera), Kate Winslet (la cual ha dejado atrás su meloso rol de Titanic para convertirse en una perla de Hollywood), Kirsten Dunst (quien se ganó mi corazón haciendo de Mary Jane en Spider-Man 1,2 y 3); Elijah Wood (el pequeño Frodo) y Tom Wilkinson (el cura del Exorcismo de Emily Rose).

El tema con el que da inicio el film es una situación de ciencia-ficción que muchos/as desesperados/as por amores no correspondidos o frustrados, abandono, engaño, o demás tristezas, desearían que existiese: un tratamiento que borra de la mente a quien daña nuestro corazón con sólo ser nombrado. Así es, el Doctor Howard Mierzwiak (Tom Wilkinson) ha descubierto la forma de desaparecer los recuerdos dolorosos sin que se afecte, en lo más mínimo, el cerebro del que toma la determinación. ¿Cómo funciona? Primero, se le manda una carta a todos los conocidos contándoles la decisión que ha tomado el paciente y que a partir de allí no le vuelvan a nombrar a quien se desea olvidar. También se le pide al paciente que entregue cualquier objeto que tenga alguna carga sentimental. Y finalmente, en una noche, mientras el paciente está dormido, se realiza el proceso de desaparición de ese otro que lo angustia a través de un programa de computadora y neurotransmisores.

¿Sería bueno que existiera algo que nos borre, a elección, lo feo? Esta respuesta la tiene Joel Barish (Jim Carrey), quien destrozado y decepcionado por recibir una carta que le informa que su exnovia, Clementine Kruczynski (Kate Winslet), ha decidido llevar adelante dicho tratamiento, se somete a lo mismo.
Al comienzo todo es perfecto puesto que lo primero que se borra son los últimos sucesos de la relación, los que llevaron a la inevitable ruptura, todo lo malo. Pero a mitad del tratamiento surge el problema, puesto que cuando los feos recuerdos pasan, se empiezan a borrar también los buenos. Entonces, la mente de Joel, su inconsciente, se da cuenta, de lo que no pudo estando consciente: de que el borrar completamente a ese ser amado incluía los buenos y bellos momentos. He ahí la respuesta. De aquí en adelante, comienza la lucha del inconsciente contra el tratamiento, el arrepentimiento, la desesperación, la angustia. Joel intentará rescatar y guardar esos recuerdos, pues nada debe quedar en el olvido, sino que se debe tomar como un aprendizaje para cambiar y mejorar.

Por otro lado, la forma en que está contada resulta innovadora puesto que nos sitúa entre el presente de la historia y la psiquis de Joel que recorre toda su historia con Clementine, en varios flashbacks, desde el final de la relación hasta que se conocieron.

Estos fueron algunos de los rasgos que me interesaron destacar de una película que nos hace pensar que lo más grande que nos puede ocurrir en esta vida es amar y ser amado de vuelta, y lo que nos hace sentir que luego de tanto amor valió la pena haber vivido, a pesar de los tragos amargos. El olvido siempre es el peor de todos los caminos.


Queridos lectores, sé que me quedo corto con lo que expongo porque para tratar una joya de esta magnitud no alcanzan las palabras así que espero su ayuda. Si la vieron podrán cerrar todas las ideas que yo no pude y contar qué sintieron al terminar de verla. Me queda por agregar: benditas sean las mentes con recuerdos, buenos y malos, benditas porque gracias a ellos siempre se aprende y se crece.

(1) Origen del título (sacado de Wikipedia): está inspirado en un verso del extenso poema Eloisa to Abelard del poeta inglés Alexander Pope. Ésta es la estrofa en la que aparece el verso en cuestión:

How happy is the blameless vestal’s lot!
The world forgetting, by the world forgot.
Eternal sunshine of the spotless mind!
Each pray’r accepted, and each wish resign’d.
Traducción:
¡Qué feliz es la suerte de la vestal sin tacha!
Olvidarse del mundo, por el mundo olvidada.
¡Eterno resplandor de la mente sin mancha!
Cada rezo aceptado, cada antojo vencido.


Alejandro José Pugliese

Sunday, November 3, 2013

Vivimos bajo el ojo del Gran Hermano

Han pasado cinco años desde que abrí mi primer blog en la página de Clarín y me he ido al sufrir un acto de censura. Por eso inauguro este espacio para compartir libremente mis gustos sobre libros y películas y mis opiniones sobre el mundo y la política de vez en cuando.

En fin, para los lectores del viejo blog, varios post serán una reedición de los viejos así que por ahí no haya muchas novedades. Es más comenzaré con el mismo libro que lo hice en ese entonces, porque luego de lo que me pasó me sentí dentro de ese gran ojo del Gran Hermano que se encuentra en “1984”, una de las grandes novelas distópicas de George Orwell. Escrita en 1949, esta obra mantiene una gran vigencia con el contexto mundial.

El Gran Hermano y sus analogías presentes

La novela relata la historia de Wiston Smith, quien vive en un mundo dirigido por tres superestados totalitarios en guerra permanente. Él habita en Oceanía, compuesto por las Américas, Inglaterra e islas del Atlántico. Los otros estados son Eurasia -parte de Europa del norte y Asia- y Asia Oriental -China Japón y otros orientales. En Oceanía, gobierna el partido Ingsoc (Socialismo inglés), liderado por el Gran Hermano, quien nunca fue visto en persona y sólo aparece en carteles a través de los que vigila a la población.

En primer lugar, los miembros del Partido son siempre controlados, en todos lados, por tele-pantallas y micrófonos para evitar que se revelen. También existen “los policías del pensamiento” quienes vigilan cualquier idea subversiva, lo que se categoriza como crimental. Esto, a nivel mundial, se ve reflejado en Estados Unidos quien, sin ningún tapujo, espía otras naciones. También hoy los celulares y redes sociales como Facebook, mails y tarjetas de crédito, entre otros, dejan nuestros datos al sistema.

Otro elemento, en segundo lugarl, para destacar es el método utilizado por el súper-estado para mantener el poder: el miedo y el odio. Lo primero lo obtiene a partir de estar en guerra permanente; lo segundo, con los “Dos minutos de Odio” contra figura de Goldstein: el Enemigo del Pueblo, el traidor por excelencia, el jefe supremo de un inmenso ejército que actúa en la sombra, líder de una red subterránea de conspiradores que se propone derribar al Estado. Aquellos “Dos minutos” consisten en que todos los miembros del partido detienen sus actividades para ver las imágenes del enemigo y gritar insultos histéricos contra aquel. Ahora bien, la guerra permanente y los rostros enemigos amenazando al estilo de Bin Laden nos retrotrae nuevamente a  EE.UU. que, día tras día, busca nuevos enemigos para mantener su poder y su brutal capitalismo y todo a través del miedo y la guerra permanente: 1° Alemania, 2° Japón, 3° Rusia, 4° Vietnam, 5° Cuba, 6° Sadamm, 7° Bin Laden, 8° Terrorismo, 9° se repite: Sadamm, 10° Corea del Norte, 11° Siria y faltan…
 
Un tercer punto que llama graciosamente la atención por nueva semejanza con EE. UU es que en Oceanía su burocracia se divide en los cuatro siguientes ministerios:

El Ministerio de la Verdad (Miniver), se dedica a manipular las noticias, espectáculos, la educación y las bellas artes. Piensen en la disputa de los medios acá en Argentina en donde hay una gran manipulación y disputa por imponer una verdad en una densa lucha de poderes que mantiene a la masa siempre tensa y con miedo de que algo estalle. La Fox y la CNN intentando imponer sus visiones también de luchas económicas mundiales.
El Ministerio de la Paz (Minipax), para los asuntos de guerra. Como esas “Guerras preventivas” del Ministerio de Defensa de los del Norte que no son más que invasiones de mercado y soberbia democrática.
El Ministerio del Amor (Minimor), encargado de mantener la ley y el orden, torturando a los opositores del partido hasta convertirlos o matarlos en sus sótanos.
El Ministerio de la Abundancia (Minindancia), al que le corresponde los asuntos económicos.

Como cuarto punto destacable, Wiston, el protagonista, trabaja en el Miniver, donde se encarga de cambiar viejas notas del pasado para transformar el presente a beneficio del Partido: “El pasado había muerto, el futuro era inimaginable”. Se modifican libros, periódicos, folletos, revistas y demás documentos con contenido político o ideológico que afectasen al Partido o hicieran que la gente pudiese pensar por sí sola. Esto sin duda se puede ver en cómo los países dominantes, o los partidos políticos, siempre intentan torcer la historia a su favor para perpetuarse en el poder.

La última analogía es la de los vaporizados: “La gente desaparecía sencillamente y siempre durante la noche. El nombre del individuo en cuestión desaparecía de los registros, se borraba de todas partes toda referencia a lo que hubiera hecho y su paso por la vida quedaba totalmente anulado como si jamás hubiera existido. Para esto empleaba la palabra vaporizado”. Cualquier lector puede recuperar en este hecho el método terrorífico que utilizaron los militares sudamericanos para luchar contra la “amenaza roja”.

Un libro excelente, de lectura ágil y entretenida, para reflexionar y darse cuenta de lo importante que es el pasado, la libertad y la democracia que nos deja expresar libremente.

Info. vago: este libro tiene su peli dirigida por Michael Radford, bastante fiel, por ahí hayan cosas que no quedan muy claras, para eso está el libro.

Les dejo de regalo un textito de Eduardo Galeano que pertenece a Memorias del fuego III:

"1984
Washington
<<1984>>
  El Departamento de Estado de los Estados Unidos decide suprimir la palabra asesinato en sus informes sobre violación de derechos humanos en América Latina y en otras regiones. En lugar de asesinato, ha de decirse: ilegal o arbitraria privación de vida.
  Hace ya tiempo que la CIA evita la palabra asesinar en sus manuales de terrorismo práctico. Cuando la CIA , mata o manda matar un enemigo, no lo asesina: lo neutraliza.
   El Departamento de Estado llama fuerza de paz a las fuerzas de guerra que los Estados Unidos suelen desembarcar al sur de sus frontesras; y llama luchadores de la libertad a quienes luchan por la restauración de sus negocions de Nicaragua."


Alejandro José Pugliese