Sunday, August 10, 2014

¡Tú tendrás estrellas que saben reír!

En este Día del niño voy a comentar una obra mágica y que –casi- seguro muchos leyeron en su infancia: El Principito de Antoine de Saint-Exupéry. Les pudo haber gustado o no, pero quién no oyó o usó la frase: “Lo esencial es invisible a los ojos” para referirse a alguien bueno/a que no es correspondido por la chica/o que le gusta por no ser físicamente hermoso/a o cuando alguien hace un trabajo gigante por todos y no se lo reconoce. Sin duda es una cita muy utilizada y, hasta quizás, por gente que la escuchó y la repite sin saber su procedencia.

Sin embargo, en esta entrega voy a ir más allá de esa frase y de la obra en sí, puesto que el texto de Exupéry, no se dirige sólo a los niños (aunque la gran mayoría lo haya leído en esa etapa de su vida, como pasa con los Viajes de Gulliver, principalmente el primer viaje), sino que contiene un fuerte llamado al hermoso niño interior de cada adulto que no dejan salir agobiados por las presiones laborales, los deseos materiales, los conflictos familiares o económicos o las ambiciones de poder que toman del mundo en que están inmersos, ese que le es tan raro al Principito: el de los adultos. 

El escritor, poniendo a este personaje como eje, destaca que todos tenemos algo de él dentro de nosotros, que hay que hacer un esfuerzo para despertarlo y ver el exterior más relajados para apreciar el interior. Otro punto interesante es mostrar esa magia de los niños que no dudan en hacer cualquier sacrificio por sus amigos, ni se niegan a ser felices, pues se entregan con inocencia y alegría ante las oportunidades sin pedir nada a cambio. En conclusión, el Principito es lo escondido que sale del hombre mecanizado que se da cuenta de que el capitalismo puede estar bien para temas económicos, pero que ese afán de tener y tener lo convierte en un ser infeliz e insatisfecho que no valora al cien por cien la amistad ni disfruta de sus sentimientos con la gente que lo rodea.

Por otro lado, también trata la soledad en que se encuentra el hombre a causa de su vida agitada y de sus ansias de tener cosas y amigos a los que valora poco, en vez de buscar la felicidad, de disfrutar de los verdaderos amigos y del amor. Porque la Felicidad no está, para mí, en tener un televisor plasma o el último modelo de un celular, o un montón de “amigos”, o una mujer a la que no se ama pero nos permite no sentirnos solos, o riquezas o los elogios de los demás. Eso es admirable en el Principito que vive en un pequeño planeta en donde sólo tiene dos volcanes, uno apagado y otro en plena vida y la luz del Sol que a cada puesta lo hace ser feliz, con tan poco…

¿Cuándo aparece el Principito? Luego de un rápido vistazo de la vida del protagonista, un aviador, que narra desde su infancia (donde aparece el dibujo de la boa con el elefante dentro que los adultos, carentes de imaginación, le contestan que es un sombrero) hasta su accidentada llegada al Sahara (se queda varado en medio del desierto solito y solo). Pasada la primera noche durmiendo en la arena, se despierta y ve al Principito, que le pide que le dibuje un cordero. El protagonista como lo único que sabe hacer son elefantes dentro de boas, le hace eso. El niño se asusta y le reprocha que la boa es muy peligrosa y que el elefante muy grande para su planeta (agrega que donde vive todo es pequeño). Entonces, le dibuja tres corderos, pero ninguno le gusta, así termina dibujándole una caja en donde esta guardado el cordero que él quisiera (una onda: ¡no rompas más, ahí tenés!).

De allí en adelante, cambia el narrador y todo es manejado por el mágico Principito quien cuenta: la historia de su planeta; de los baobabs (árboles que extirpa para que no destruyan su planeta); de la rosa que cuida, como huye de ella y que a pesar de su pedantería le pide al piloto que le haga un bozal al cordero para que no se la coma y así protegerla; de sus viajes por los distintos planetas/estrellas en busca de un amigo y la descripción de los siguientes habitantes: un rey que no tiene poder sobre nadie; un vanidoso que se cree hermoso, rico e inteligente pero nadie lo admira; un bebedor que quiere olvidar la vergüenza que le da beber; un hombre de negocios muy trabajador que no toma en cuenta a las personas que lo rodean y sin tiempo para divertirse; un farolero al cual los días le duran un minuto y que lo único que hace es prender el farol que lo acompaña; y un geógrafo que conoce todo el universo, menos su propia tierra porque no sale de su escritorio; y por último, su amistad con el zorro, momento sublime de la obra.

Así cierro el “análisis” de este libro, repleto de ternura, que constituye un llamado a examinar y ajustar nuestra conducta a la luz de los valores afectivos de permanente y universal vigencia. En un mundo en que convive el progreso científico y tecnológico con una sociedad desvelada por las apariencias más que por las esencias, esta obra invita a la proyección, y a no quedarse con la superficie de tener cosas por tener, sino disfrutarlas y quererlas. Como aclara el protagonista: “los ojos están ciegos. Es necesario buscar con el corazón”.

Frases sobre los adultos (primero la secuencia y el creccendo del punto de vista del Principito, según los personajes que va conociendo, de aquéllos):

“Las personas mayores son muy extrañas.” (Luego de la visita al rey).
“Las personas mayores son decididamente muy extrañas.” (Después de visitar al vanidoso).
“Las personas mayores son decididamente muy pero muy extrañas.” (Luego de ver al bebedor)
“Decididamente, las personas mayores son enteramente extraordinarias.” (Después de ver al hombre de negocios).
“Los hombres se encierran en los trenes expresos, pero no saben que buscan. Entonces se agitan y dan vueltas…”
“Sólo se conocen las cosas que se domestican. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Compran cosas hechas a los comerciantes. Pero como no existen comerciantes que vendan amigos, los hombres ya no tienen amigos”
“Sólo los niños saben que buscan.”
Frases sobre la amistad:
“Hubiese sido mejor venir a la misma hora – dijo el zorro-. Si vienes, por ejemplo a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres. Cuanto más avance la hora más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón… Los ritos son necesarios.”
“Crear lazos. -explicó el zorro- Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo…”
Frases varias y chulas:
“Es tan misterioso el país de las lágrimas…”
“He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.”
“Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás.”
“La autoridad reposa, en primer término, sobre la razón.”
“Lo que embellece al desierto –dice el Principito- es que esconde un pozo en alguna parte”.
“Cuando mires al cielo, por la noche, como yo habitaré en una de ellas, como yo reiré en una de ellas, será para ti como si rieran todas las estrellas. ¡Tú tendrás estrellas que saben reír!”
“El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante.”

“Eres responsable para siempre de aquello que has domesticado. Eres responsable de tu rosa…”

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