Monday, July 28, 2014

La misma historieta de siempre

En este post voy a hablar historietas, un subgénero literario que en este país, en los últimos años, ha tenido éxito sólo en las contratapas de los diarios en su forma de tira cómica. ¿Por qué trató entonces sobre esto? Porque si bien venía estando en el margen de la cultura, en estos últimos tiempos, ha vuelto a pujar con fuerza para hacerse su lugar. Cabe destacar y agradecer a dos diarios que hicieron esto posible: a Clarín que sacó hace ya unos años una espectacular colección de La Biblioteca Clarín de la Historieta, donde se editaron libros (que circulan por muchas librerías) de El Eternauta, Batman, Sin City, Paturuzú, Superman, El Loco Chávez y muchos más. Por otro lado, a Página /12 que, desde noviembre del 2006, saca mensualmente la revista Fierro (que había cesado su edición en 1992) con la dirección de Sasturnian, donde se puede disfrutar de comics de historietistas clásicos y nuevos. También el Gobierno Nacional, a través de la Biblioteca Nacional, anualmente hace un concurso desde el 2010 en el cual se premia con la edición a muchos amateurs.

Duele ver que hoy en día son pocos los niños que tienen un interés ambicioso por coleccionar historias. Recuerdo que a mis 10 años me desvivía por conseguir todos los números de “Dragon Ball”(época de manga -historieta japonesa-, género del cual no voy a hablar, si alguno tiene ganas: ¡comente!) y que desconocen toda una historia de producción nacional. 

En fin, hay varios factores que, desde mi modesto punto de vista, han influido a que esto suceda, paso a enumerarlos someramente: el desprecio por la lectura, el predominio del medio audiovisual, los jueguitos y el alto costo de las historietas. Los lectores actuales, por lo que observo, son jóvenes de 15 años en adelante que eligen gastar su dinero en este caro arte, en especial cuando se trata de buenas ediciones nacionales o extranjeras. Para apalear un poco este problema, apareció Internet, de allí se pueden bajar historietas, pero no es, para nada, lo mismo. No hay nada mejor que ese contacto directo con la historieta el poder llevarla a la cama, al baño (sí, al baño, quién no usa este sitio como ámbito de lectura se pierde de mucho), al largo viaje en colectivo, a todos lados. Es como la locura esa de leer libros en la computadora, no sé si soy al único que le pasa, pero me resulta imposible, necesito sentir el lomo del libro en mi mano, el peso, mover las hojas, no es lindo que dulces palabras sean transmitidas por una fría pantalla de la cual no nos podemos despegar ¿no?

Agradezcan que me cansé de “concientizarlos” y eso que tengo mucho más para decir, pero no quiero que me odien. Ahora voy a destacar algunas historietas nacionales e internacionales que leí en estos últimos años y que me han parecido excelentes. Hay muchos más autores importantes en este gran mundo de los que voy a mencionar, pero no hablo de lo que no conozco, me cuesta hacerlo de lo que sí. 

Disculpen, pero me quedó algo en el tintero del párrafo anterior, pero lo quiero recuperar: si tienen el tabú de que la historieta es algo para niños y adolescentes, ¡rómpanlo, porque no es así! Es un arte genial que une al dibujo y la literatura, un antecedente del cine. Dejo de molestar para que disfruten de los análisis/comentarios/mamarrachos, como quieran llamarlo, de las historietas siguientes:

Eternauta (revista Gente 1969): No voy a tratar el clásico de Solano López, sino que el qu
e fue dibujado por Alberto Breccia para la revista Gente (también con guión de Héctor Germán Oesterheld). Penosamente, esta genial obra tuvo corta vida, puesto que el dibujante fue presionado por la editorial para que haga un dibujo más comercial y este se negó, entonces se compactaron los capítulos finales. En sí, la historia es, a grandes rasgos, parecida a la original, aunque con más referencias políticas, en relación con la radicalización de las ideas del propio Oesterheld en ese tiempo, desaparecido en el 1977 por la negra dictadura que acosó al país. El más importante de los cambios es que la invasión es evidenciada desde el principio, y que en la trasmisión radial interceptada se descubre que las grandes superpotencias mundiales llegan a un acuerdo con los invasores, por medio del cual les entregan América del Sur para salvarse. Por eso, no ocurren los ataques con bombas atómicas con los cuales las potencias atacan a los invasores luego del fracaso del ejército en la edición de Solano López. Otro cambio es el personaje de Pablo, el chico encontrado en la ferretería, reemplazado por Susana, una bella mujer, la cual atrae a Favalli, a Lucas, e incluso al propio Juan Salvo. Cabe destacar que para acentuar el sentimiento opresivo de la historia, el personaje de Mosca (de carácter humorístico) es rápidamente retirado, y la nevada mortal nunca cesa. Una verdadera perla, es una injusticia que está edición sea menos conocida que la de Solano López, ¿será el castigo por tener tanta carga ideológica o por el exótico trabajo de Breccia?

Se puede conseguir una muy buena edición de Colihue que no es muy cara.

Último recreo (1983-1984): dúo argentino para esta gran historieta, dibujada por Horacio Altuna (dibujante de geniales comics eróticos, cosa que no conozco… y de Clarín en los 90, El nene Montanaro, que sí la leía) y escrita por Carlos Trillo (quien comentó de una historieta de Rodrigo Cardama y mía: "y hasta un tipo que viene del futuro a matar a un presidente (pero saber quién es ese tipo constituye un gran remate inesperado, de eficacia impresionante" Historieta "Visiones del futuro"). La historia nos presenta un mundo de post guerra química, donde una “Bomba sexual” se encargó de liquidar a todos los que tuvieron su despertar sexual. En conclusión, en el mundo sólo quedan niños que deberan aprender a sobrevivir, a relacionarse entre sí y a organizarse sin la autoridad ni la guía de los adultos, a excepción de un particular eunuco. Son varias historietas que presentan diferentes historias que a medida que avanzan se van uniendo con la repetición de ciertos personajes que le dan al final una gran idea de todo y una genial conclusión. No hay que obviar el contexto histórico en que se enmarca la obra: la guerra fría y el constante temor por la posible guerra nuclear.
Historieta difícil de conseguir, la leí por la web, búsquenla que la van a disfrutar.

V de Vendetta (1982-1988): escrito por Alan Moore e ilustrado por David Lloyd. La hist
oria transcurre en Gran Bretaña, en un futuro antiutópico, donde gran parte del mundo fue destruido por una guerra nuclear parcial y donde tiene el poder un partido fascista, Norsefire (Fuego nórdico). De estos monstruos nace nuestro antihéroe revolucionario apodado “V”, que oculto tras la máscara de Guy Fawkes empieza una elaborada y violenta campaña para derrocar al gobierno e incitar a la población a adoptar una sociedad anarquista. Originalmente ideada y publicada en diez comics, terminó siendo recopilada como una novela gráfica de la cual se realizan nuevas y caras ediciones en numerosos países. En el 2006, los hermanos Wachowski produjeron y escribieron el guión para llevarla al cine, dirigida por James McTiegue, con Hugo Weaving como V y Natalie Portman como Evey Hammond es bastante fiel, pero no le llega ni a los talones al comic. Contexto, otra vez la guerra fría, resultado parecido al Último Recreo, bomba y caos.

Bestialidad que se consigue en las comiquerías pero es bastante cara.

Persepolis (2000): Una verdadera obra maestra escrita y dibujada en forma de autobiografía por la iraní, Marjane Satrapi. El dibujo es simple y en blanco negro, pero aquí lo importante es la historia. Son cuatro tomos que muestran las desventuras que pasa Marjane Satrapi desde su niñez para ser alguien en una cultura iraní que no se lo permite y en otra, europea, que la margina. Hay amor, odio, momentos tristes, alegres, tensión, tranquilidad, muertes, enfermedad, drogas, estudio, noviazgos, casamiento, divorcio, todos los condimentos que se pueden dar en la vida, pero en la de ella, obviamente tiene un sabor especial. Además, se nos acerca a una cultura que no comprendemos o no conocemos del todo, explicada desde el punto de vista de una persona natal que a pesar de lo conflictiva que sea su patria, la ama. 

En el 2007 se estrenó su película animada que es muy buena y bonita, la recomiendo.



Bueno, perdón por la extensión, vean el lado positivo, podría ser más largo. La verdad que disfruté mucho haciendo este post (quizas más que ningún otro) y espero que a ustedes también les guste. Espero sus comentarios.

Saturday, July 26, 2014

Donna Helena

Hacía tres horas que manejaba por la ruta y la noche me había sorprendido a mitad del recorrido. En la guantera del auto sólo llevaba un cigarrillo de marihuana y una petaca de whisky vacía. Era noche cerrada, los faros sólo alumbraban unos metros de lo que había adelante, como siempre acostumbraba a conducir sin mirar atrás, tanto mi auto como mi vida, odiaba los recuerdos, el pasado, las idioteces de la reencarnación, la vida era una y su sentido avanzar sin cuestionamientos, siempre hacia adelante hasta llegar a un punto final. El tablero marcaba las once, pensaba que ese tiempo sólo transcurría en mi auto, lo sentía congelado a mí alrededor, pero no, eran las once en cualquier lugar. Si bien el frío afuera era crudísimo, dentro del auto sudaba a causa del encierro; espesas y saladas gotas se deslizaban por mi sien hasta perderse en el cuello de la camisa. Anhelaba una mujer aunque fuese insoportable, hacía bastante que no atendía mis necesidades fisiológicas, cualquiera aplacaría esa sed que ahora parece tan lejana. ¿Por qué me veo prendiendo el faso y darle una pitada larga? El humo ingresa, relaja, pero no siento nada. O sí, quizás esa bocanada cambió mi percepción, me disoció, por eso me veo desde el asiento trasero como en un maldito sueño, podía ordenarme movimientos tales como cambiar el dial para sacar al idiota de la música. Aun así, mi cuerpo no era más que un recipiente vacío, un autómata que actuaba según mi albedrío, mis deseos de titiritero. Hacía más de media hora que no me cruzaba con un auto y eso me sorprendía. Más me sorprendió ver al costado de la ruta a una Donna haciendo señas para que la llevasen. No lo dudé, le ordené a mi yo conductor que aminorase la marcha y abriese la puerta. Era lo que buscábamos y aplacaría la sed. Le di otra pitada al faso y sentí retornar a mi cuerpo, ser el dueño de la situación. La Donna subió al coche y empezó a falar desesperada, se llamaba Helena, quería que la llevase hacia el sur y le mentí que hacía allí me dirigía también para tener alguna oportunidad.

Era una mujer exótica: ojos grises, cabellos rubio platinado corto, senos grandes y redondos que se percibían gracias al prominente escote de su pequeño top y unas piernas perfectas sólo tapadas por una diminuta minifalda. Toda una hembra, el deseo de cualquier hombre. No paraba de hablar, su lengua me llamaba y al mover mi mano hacia la caja de cambios la pose en su pantorrilla y comencé a subirla con una suave caricia. Helena frenó su perorata para mojar sensualmente sus labios con la lengua. Debo confesar no sentí placer igual, pero la verdad es que ya ven era irresistible, perdí la noción de que conducía un auto de noche y en una ruta peligrosa, y no hubiese vuelto en sí, si luego de comenzar a recorrerme con su boca, su lengua como loca no me hubiese advertido que de seguir así:

-   Vamos a chocar.

Aparqué a un costado de la ruta y comenzamos a hacerlo bien. Encendí mi cigarro de marihuana, fumamos. Ella bajó su bombacha y mi mano se deslizó hacia ese suave y desnudo sitio. Nos devoramos a besos exhalando el humo dentro de nuestras bocas, su ropa parecía deshacerse, cerré los ojos para entregarme a un placer que jamás había recorrido mi cuerpo, después con su pocket me golpeó la sien, bajó mis pantalones sin apuro y tragó, tragó había algo puro. No puedo describir aquello, era único, sublime en todo el sentido de la palabra, sólo puedo asegurar que Helena no era una simple mortal, parecía una diosa y un demonio a la vez, era el instrumento, la llave indicada para alcanzar el clímax. Mientras me poseía (porque sí, me poseía, en ningún momento fui propietario de su cuerpo ni del mío) empezaba a perder noción de todo, como si me quemase la luz de un superflash. Palpé instintivamente mi cuerpo y algo extraño comenzó a sudar, no era ya ese sudor salado y espeso, sino mi esencia, mi ser que se disgregaba en agua y tan pronto desapareció este mundo y así fue como me fui del mundo. Mi cuerpo ya no se hallaba en el auto, sino sólo Donna Helena que empezó a llorar lamiendo su sal mezclada con mi yo hecho mar. Por mi parte, comencé a moverme por otros tiempos, por otros mundos y rutas, departamentos de hotel, chozas perdidas en la nada; recorría los siglos de los siglos. En todos esos lugares, hombres diferentes sufrían su maldición de la cual se olvidaba, ese oscuro y maldito secreto de que todo lo que toca se le esfuma.


Mi viaje se detuvo en Gibraltar, allí vi un acuerdo de brujas que había atrapado a la hermosa Helena. Estaba desnuda y atada de cabeza en una cruz invertida, la sangre de un gallo negro bañaba su bello rostro y a un costado dos viejas horrendas degollaban otros dos, mientras la más anciana de aquel asqueroso Sabbat repetía enérgicamente: “Todo amor perpetuo deberás matar, cuerpo sobre cuerpo y cuerpos sobre el mar, el mar de los caídos frente a Donna Helena”. Fue maldecida, su esencia recorrió los siglos, su nombre se llevó a millones de hombres, ciudades enteras cayeron ante su seducción al ser considerada la más bella de entre las mortales y la pasión irrefrenable que producía en sus víctimas castraba eternamente a aquél que la supo gozar. Estaba maldita, inocentemente amaba a cada hombre que encontraba, y acababa matándolo, convirtiéndolo en su mar, pudriendo lo que la rodeaba para luego llorar desesperada hasta olvidar y volverlo a intentar, eterna víctima y victimaría. Como yo, las almas que se cruzan en su camino quedan malditas, castigadas al eterno retorno de ese placer que jamás gozaron en vida y solo lleva a la fuga, a la escisión del ser, a la vuelta a la nada, a sumar un cuerpo más en el mar de los caídos. Ahora comprendo mi odio al recuerdo, al pasado y a la reencarnación. Si pudiese mirar hacia adelante y llegar a un punto final.